A todos nos han preguntado alguna vez en la vida, aunque muchos no lo recordemos, qué nos gustaría ser de mayores. Por cierto, pregunta recurrente para salir del paso en una conversación niño-adulto. Por entonces, las respuestas eran más diversas de lo que lo son hoy a pesar de la evolución humana y tecnológica que nos acompañan. “Médico, peluquera, mecánico, enfermera, profesor…”, se escuchaba en clase cuando salía a relucir esta cuestión.

Ahora no. Hoy en día lo que más se escucha en clase es, precisamente, lo que más se ve en casa o en las habitaciones, esos pequeños espacios privados que nutren nuestra personalidad en busca de una identidad especial: “youtuber, influencer”, es lo que miles de niños contestan cuando reciben la antaña pregunta. Pero, ojo, no debemos olvidar que estos niños y niñas no han crecido bajo la premisa de “estudia y triunfarás”.

Como seguramente sepas, Rubén Doblas, más conocido como El Rubius, uno de los youtubers más famosos de nuestro país, anunció hace unos días que se cambiaba de residencia a Andorra. Independientemente de que pueda ser de tu interés o no, lo cierto es que este anuncio ha generado polémica y ha suscitado más opiniones negativas que positivas debido a los comportamientos de estas personas en materia fiscal.

¿POR QUÉ ANDORRA Y NO OTRO PAÍS?

Este país ofrece extraordinarias ventajas, sobre todo tributarias, puesto que es uno de los estados más cercanos a España que menos grava en impuestos como el Impuestos sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Al contrario que en nuestro país, donde este impuesto puede alcanzar casi el 50%, en el país vecino solamente se aplica el 10%.

Lo mismo ocurre con el Impuesto de Sociedades (IS), ya que la diferencia entre lo que se puede alcanzar aquí (30% de impuestos) respecto a lo que se paga allí (también un 10%) es reveladora.

Para finalizar, es importante añadir que el Impuesto al Valor Agregado (IVA), menor a un 5% (cuando en España alcanza el 21%) es el más bajo de Europa.

En cualquier caso, merece la pena mencionar que el nivel de los impuestos y, en concreto, del IRPF, es progresivo y aumenta según el sueldo que cobres o las cifras económicas que alcances:

  • Hasta 12.450 € — 19%
  • De 12.450 € a 20.200 € — 24%
  • De 20.200 € a 35.200 € — 30%
  • De 35.200 € a 60.000 € — 37%
  • De 60.000 € a 300.000 € — 45%
  • A partir de 300.000 € — 47%
Ahorros

Es indudable que Andorra ofrece un abanico de ventajas que seducen a cualquiera (cercanía, obligaciones menos cuantiosas a nivel fiscal, etc.) y más de uno pensaría en mudarse para dejar atrás sus obligaciones con la Hacienda española. De hecho, cualquiera, incluido este youtuber está en su derecho de dónde elegir dónde vivir. El problema, o al menos en eso coincide gran parte de la opinión pública, es que todos estos niños y generaciones que siguen a estos creadores de contenidos se están quedando con el rastro de que “España roba”.

Y lo cierto es que para muchos tiene parte de razón, pero para otros es pura coherencia moral y social. Quien más gana, más impuesto debe pagar, principalmente porque con la cantidad de dinero que factura anualmente (alrededor de 2,5 millones de euros, según las estimaciones de Social Blade) puede vivir holgadamente abonando un 47% de impuestos (son las retenciones que se aplican cuando se superan los 300.000 euros de facturación), muy al contrario de otras familias a las que les cuesta llegar a final de mes con sueldos que superan por poco el Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

¿POR QUÉ QUEDARSE EN ESPAÑA?

Para muchos, esta pregunta tiene fácil respuesta: por solidaridad y justicia. No cabe duda de que Hacienda realiza esta recaudación con diferentes fines y el reparto no siempre es el considerado más adecuado por la ciudadanía, pero hay una realidad constante y es que si entre todos no arrimamos el hombro (especialmente los que más pueden), no tiene pinta de que el país vaya a prosperar.

Desesperado

Es decir, estos impuestos van a parar al hasta ahora envidiable sistema de salud público o al fomento de empleo, pero también a la adquisición de material que no se amortiza por parte de la cartera de Defensa o la deuda pública que España lleva arrastrando durante años.

En base a la actual situación económica de nuestro país, agravada por el impacto negativo de la pandemia, es lógico que la sociedad esté cansada de dar (en este caso, pagar impuestos) y no recibir (paro juvenil con cifras que triplican la media de la OCDE, hospitales colapsados, prestaciones demasiado modestas, entre otras deficiencias).

De ese modo, resulta razonable que este abandono a la suerte de la ciudadanía tenga como consecuencia directa la salida masiva de gran parte de la población joven del país de origen, ya que éste no presenta las condiciones de vida esperadas en una nación que dice ser desarrollada, donde las salidas laborales o el empleo digno e indefinido parecen estar en peligro de extinción.

LÓGICA FUGA DE CEREBROS

Con toda seguridad te suene el término “fuga de cerebros”, que no es otra cosa que el conjunto de jóvenes formados en España que deciden emigrar a otros países en búsqueda de nuevas oportunidades laborales acordes a su formación académica. Debido a esta situación, en la que las becas se prorrogan hasta la treintena y no se realizan contratos acordes al valor profesional de los jóvenes, es completamente entendible que éstos busquen oportunidades y un futuro mejor fuera de las fronteras de España. Un país que, por cierto, cada vez envejece más, registra menos nacimientos y no cuenta con los profesionales que podrían impulsar una economía apagada y endeudada como la que marca la pauta de nuestro Estado porque se han ido.

Y es que sin ciudadanos que contribuyan a su mantenimiento a través de la tributación, las generaciones que vienen ni siquiera tendrán la oportunidad de estudiar en colegios y universidades públicas o acceder a becas de ayuda al estudio con fecha final asegurada. Es el presente lo que las Administraciones deben cuidar para generar confianza de futuro en los niños que próximamente serán jóvenes en búsqueda activa de empleo.

Por ese motivo, antes de terminar, me gustaría volver al inicio del texto, en el que recordaba aquello de “estudia y triunfarás”. Precisamente el youtuber en cuestión, con ocho millones de suscriptores y gran parte de ellos menores de edad, anunció este cambio de vivienda seguido de un irónico “haber estudiado”, dando a entender que no ha necesitado hacerlo para ser famoso y rico. Lo preocupante de este asunto, y lo que realmente ha generado debate desde que lo dijera durante una retransmisión en directo, no se centra en cómo cada uno administra su patrimonio, sino en el ejemplo que da a los demás por ser figura pública y conocida por muchos.

Fuda de cerebros

Conviene recordar que estas prácticas tributarias no son ninguna novedad (ya en la Antigua Roma existían estas ciudades libres de impuestos) y que deportistas como Arantxa Sánchez Vicario o los hermanos Espargaró fijaron su residencia en Andorra antes de que influencers como Vegetta777 o Lolito Fernández lo hicieran.

Sin embargo, estos jóvenes que consumen sus contenidos serán los que, con su formación académica y profesional, mantendrán el Estado de Bienestar del que estos nuevos creadores de contenido se también se han aprovechado y, de un modo indirecto, van a restringir a los demás.

Noelia Murillo

Noelia Murillo

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